Con cabeza fría: dos muertes, un método






Por: Luis Vidal.



En la resolución de un cuento policiaco, por su naturaleza misma, se suele imponer, victoriosamente, el poder deductivo, la intuición o sagacidad de un investigador protagonista. Pero no deja de ser digno de apreciar, para algunos admiradores del género, la otra cara de la moneda: el ingenio que una mente siniestra pone de manifiesto en la planificación de un delito, considerando su ejecución con posibles azares y coartadas que lo excluyan de cualquier responsabilidad; esto es, la búsqueda perenne del crimen perfecto. 
En los relatos propuestos para la nueva jornada de Esquina literaria, analizaremos un par de historias donde los autores intelectuales del crimen, en pos de la impunidad del hecho, logran convertir a sus víctimas en sus propios verdugos. ¿Cómo lo hacen? Roberto Arlt y Jack London, conocidos de la casa, nos lo cuentan.
  
Los esperamos.

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