Visiones de lo terrible
Por: Víctor Ahumada. En el libro Four Quartets , del poeta y crítico T.S. Eliot, existe un verso que una vez leído no nos deja indiferente, es el siguiente: "Váyanse, váyanse, —dijo el pájaro— el género humano/ No puede soportar tanta realidad". La realidad, para el tiempo en que Eliot publica el poemario, era aplastante: inumerables cadáveres cubrían el suelo europeo, el color de los ríos era púrpura, y una infinidad de hornos ardían dejando en el aire un hedor a fracaso. ¿Había conocido el hombre el horror? ¿Se había llegado al cenit de la degradación humana? No se puede precisar; pues nada nuevo hay debajo del sol, había exclamado el predicador. Años antes del grito de Eliot (y luego después de él), en una Francia agitada, un terrible infante de luciferina visión había de sentar a la belleza en sus rodillas. Luego, ese mismo infante, ya cansado, la había injuriado. El nombre del niño era Jean Arthur Rimbaud, nacido en Charleville, quien a su corta edad ya podía dar cuen...